Esta fertilidad se encuentra representada en la cantidad de petroglifos y estatuillas de diosas, realizadas por todas las culturas en el mundo. Desde tiempos remotos, para los grupos prehistóricos humanos, la madre sería de mucha importancia, ya que tenía la capacidad de crear vida, de sustentar la vida, de perpetuar la especie humana. La Gran Madre prometía abundancia, nacimiento, crecimiento, armonía, comunidad y relación. Fue la proveedora original, la socializadora, significa el desarrollo de la agricultura y las primeras civilizaciones surgidas durante el Neolítico.
Es en este período de la historia que se concebí a la Tierra como un ser vivo. El poder de la vida tiene su origen en el contenido de la naturaleza. Lo que se puede observar en el Paleolítico es la existencia de una cultura que se prolongó al menos durante 50.000 años con una figura central, la Gran Madre, que instituyo una cultura artística, el amor a la vida, la creencia en el más allá, una relación simbiótica con los animales, las plantas, un profundo respeto por los ciclos naturales de la Tierra y la mujer que aseguraba la continuidad del grupo, garantizaba y protegía la fecundidad y la abundancia.
Así el ser primitivo tenía una conciencia sobre su alma, su cuerpo, sobre los árboles, las estrellas, el trueno, y todos los fenómenos del mundo exterior, tenían una participación mística, en la que la fertilidad era imperativa en la vida, era sinónimo de poder y esto pesó en la importancia de los misterios de una época en la que la magia de las mujeres dominaba el plano temporal y también el espiritual.
En estas culturas tempranas tanto en el paleolítico y el neolítico las mujeres ejercían una importante posición en la estructura social comunitaria y constituían el elemento primordial en la familia. La relación de respeto que se establecía entre el hombre primitivo con la mujer era por el símbolo que representaba, igualmente como la tierra era fecunda, la mujer tenía este don de dar frutos, además el arte y el modo de subsistencia que se desarrollaba nos muestran un profundo respeto por la vida, por la deidad femenina que manifestaba abundancia, fertilidad y prosperidad en todo cuanto tocaba. La agricultura primitiva se inicia con las mujeres, debido a su conocimiento y relación intima con los ritmos de la naturaleza, y las plantas, esta actividad marca un avance radical en la relación con el entorno y los miembros de las tribus.
En Venezuela las primeras representaciones fueron entre otros el petroglifo Diosa de La Lluvia (de la Fertilidad), es el petroglifo más conocido de la geografía, que se encuentra en los yacimientos del Museo Piedra Pintada, en el Estado Carabobo
Diosa de La Lluvia (de la Fertilidad), que se encuentra en los yacimientos del Museo Piedra Pintada, en el Estado Carabobo. |
También en Venezuela tenemos la famosa Venus de tacarigua. Pocas figurillas precolombinas son tan encantadoras, encontrada en los alrededores del Lago de Valencia, llama la atención por sus fuertes y decididas proporciones invocadoras de la sexualidad y la fertilidad. Esta hermosa pieza de cerámica es digna de estudio para comprender mejor a los primitivos pobladores de la región.
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En las representaciones de estas figulinas generalmente se señala a la mujer como fuente de vida, como productora de gran vulva triangular y pequeños senos, con ojos grandes y alargados semejando un grano de café, pequeños brazos y piernas arqueadas. Su cabeza grande y aplanada, debido a la deformación craneal practicada para ese entonces, aunque también se piensa eran grandes máscaras usadas en los ritos y ceremonias, siempre adornadas con incisiones en la parte alta de la cabeza, en ocasiones podemos observar narigueras, zarcillos o pendientes y collares en forma de líneas y puntos. Estas figulinas representan lo maravilloso de la femineidad relacionada con la madre tierra, productora de nuestra esencia.
La fertilidad de la Madre y la fertilidad de la Tierra en estas culturas primitivas siempre están conectadas, desde el Paleolítico cuando se cazaba y recolectaba el alimento hasta los tiempos de la agricultura, cuando se cultivaban granos y se domesticaban animales. Así, el toro representaba tanto a la antigua domesticación de animales protectores, como el signo astrológico y la constelación de Tauro. Este, astrológicamente, es "el signo de las madres" y está vinculado con las Pléyades y Venus.
En el milagro del alumbramiento era y debería seguir siendo un momento de adquisición de autoridad para todas las mujeres, pues está estrechamente relacionado con el misterio de la transformación. El carácter transformativo de lo femenino como principio creativo abarca el mundo entero, la totalidad de la naturaleza en su unidad original , a partir de la cual surge y se despliega la vida, asumiendo en su transformación más elevada, la forma del espíritu. (Eric Neumann)".
Tras la etapa de la economía recolectora y depredadora se pasó a otra productiva con la agricultura y la siembra de los terrenos de cultivo (Neolítico). La mujer conocedora de los ciclos regulares de las estaciones y su efecto sobre los vegetales fue la causante del descubrimiento y la aparición de la agricultura. "Se admite por lo general que, como derivación de su antigua función de recolectora de alimentos vegetales, fue la mujer quién inventó y desarrolló la agricultura"(Hawkes y Woolley, 1977: 227). Invento femenino de la agricultura reconocido por muchos historiadores: "el mérito del descubrimiento de la agricultura recaería enteramente sobre las mujeres." (Eliade, 1990: 140). "Los antropólogos atribuyen, generalmente, el cultivo de las raíces alimentarias a la mujer, que, de recolectora pasó a ser cultivadora."
(Girard, 1978: 730). "Los mitos atribuyen el hallazgo del cultivo original de la yuca a una mujer, sublimada a categoría divina." "... el matriarcado se debe a la iniciación de la agricultura por parte de la mujer... El huerto es propiedad de la mujer, ésta lo transmite a sus hijos, y de ahí debió derivar el predominio social femenino." palabras de W. Schmidt, según refiere (Bagué Garriga, 1958: 50). "Sí, y ahora el poder pasa a la mujer. Como su magia es la de dar a luz y alimentar, lo mismo que hace la tierra, su magia da base a la magia de la tierra.
Las imágenes de la Diosa Madre, principio femenino del Universo y fuente de toda vida, abundan, están en arcilla, en piedra, en pinturas entre otros. La Diosa es la madre, la hembra, la tierra fértil, su piel es el suelo del que crecen todas las plantas y todo alimento.
Lcda. Ana Marulanda Rios.
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